jueves, 31 de enero de 2008

Madres



Dejaba hace un rato a la Mini en el aeropuerto, delante del mostrador de facturación de la única y extraña línea aerea del pais en el que pasará unos días.
Antes de que llegaran sus amigas y cerciorándome de que tenía el pasaporte (se ponen muy pesadas las autoridades españolas cuando los menores viajan solos) le di un beso y me despedí de ella. Apareció en sus ojos, de repente, esa expresión de temor y desamparo absoluto. Se repuso -fuerte como es- cuando le quité importancia burlándome un poco de ella "oh, sí... míra que horrorrrrrrrrrr..... quedarte sola seis minutos, tú que no has viajado nunnnnnnnca... ¡pobrecita!" y le entró la risa (ella ha estado interna en un colegio de los Highlands Escoceses, en el que se necesitaban no menos de dos aviones para llegar o volver... ha tenido todo tipo de percance: pérdidas de conexiones, retrasos... muchas veces, desde muy pequeña; y ha aprendido a arreglárselas, a ser autosuficiente).

Pero mientras salía del endiablado entramado de la T4 pensaba que sí.
Que somos huérfanos cuando falta la madre, aunque sea un rato.
Porque es una figura que tranquiliza y ampara, sin hacer nada.

Y recordaba la inmensa profunda desolación de tantas veces, cuando niña, me quedaba en mi colegio inglés, interna... viendo como el taxi, en el que mi madre regresaba a España, se alejaba por el puentecillo sobre el diminuto, ridículo arroyo blasón y orgullo de las monjas.
O cuando ya mayor, recien parida, salía de mi cuarto de la clínica... y yo me quedaba, miraba la o las cunas... y pensaba que no podría sin ella.

Madres.
El más maravilloso hogar, en una persona.

Hay un blog, de una Rosa, por el que paseo muchas veces por el gusto de encontrar una madre en activo: ella y la suya. Las dos. Madres.
Hay otro blog, de un sinuoso y retorcidísimo Sire, donde se despide a una madre y cuyo final... me encuentro repitiendo algunas veces, sin darme cuenta, y cuando pienso en la mía.

Ayer fui a poner unas lilas (es un misterio cómo consigo encontrarlas en cualquier época) donde mi madre descansa. Su "risa eterna" nos envuelve.

10 comentarios:

Sir John More dijo...

:-) Besos, madre petarda.

aldara san lorenzo dijo...

Y Ud... ¡cacho plomo! ¡¡A ver si activa los comentarios de su engendroooooo... questamostodosconlosdedosenmuñonesssssssss.... de mordernos las uñas de impotencia, córcholis (y carámba y repámpanos)!!

(qué bruto!)

Xppppppp

Ginebra dijo...

Sí, si no hay más que ver la adaptación que hizo Disney de Peter Pan (la de dibujitos) y escuchar el discurso de Wendy sobre lo que es "una mamasita" para echar lagrimones como garbanzos (yo no, que llorar me aburre tela, pero el resto de la humanidad me consta que sí)

aldara san lorenzo dijo...

jajajajajaaaa...... Gin!
(Cuando la leo a Ud. no puedo dejar de echar de menos a Sirwood, su perfecto partner y contrapartida, ¡ay, tempo; oh, mores!)

;-))

T dijo...

Sirwood sigue haciendo de las suyas de vez en cuando, dearest.

aldara san lorenzo dijo...

Sirwood y Pope, T., ¡¡cómo les echo de menos!! (por no hablar de LMVN...... ooojjjjjjjjj, ¡qué asco es lo de no saber olvidar!)

Oiga, T., ¿¿que cuánnnndo comemos??? que me he hecho con un sitio formidable y raro, donde se comen ricos platillos y que todavía no está de moda. Aprovechemos. ¿Síiiiii?

;-))

T dijo...

Cuando usted quiera. La llamo el lunes y cerramos, de acuerdo?

aldara san lorenzo dijo...

¡Qué bien, sí! Pero mis días para comer, de la semana que viene, serían miércoles o viernes... que está la cosa mu mala, con ésto del tanto deporte que hago a las horas del alimento.

;-))

Turulato dijo...

He querido dejar que este artículo quedé atrás.. Que me leas tú, quizá también algún despistado que no te conozca y sobrevuele una tarde tus palabras...
Siento pudor en volver a publicarlo. Lo escribí cuando no pude más..

""Nosotros nos vamos al hospital. Mamá ya no puede estar sola en su casa. Alguien tiene que ir y convencerla para que venga a la mía...
Iré yo.."
La casa es muy grande; muchas habitaciones, hoy vacías de personas y sonidos, que no de muebles, olores y recuerdos. Está sentada en su sillón orejero, en la habitación que hay al final del largo pasillo.
Era fuerte y sólida, como yo hoy. Un carácter. La veo menuda y frágil. Sonríe suavemente, con sus ojos muy abiertos. Sus cabellos, peinados ''belle époque''..
Sonríe.. "Hola hijo, ¿qué tal?; ¿y mi hermana, está bien?". "Si; ya sabes, el hospital". No se como decírselo..; al cabo, le digo: "Aquí sola ya no puedes vivir; tendrás que ir a casa ...".
"Pero esta es mi casa hijo". Esta es mi casa, hijo......
Razoné, sonreí, camelé, me puse nervioso, irritado,... No sabía que hacer. Me sentía impotente, torpe, inútil.. Se alteró; amenacé... Si...
Al cabo.., se levantó. Se puso el abrigo.. Cogió su bolso.. Salió de su casa. Para siempre, para no volver jamás. Dejando atrás su vida, sus cosas, su cesto de costura...
En cada uno de sus pasos fui perdiendo el alma. Tanto como ella iba quedándose vacía. En silencio, ambas. Murió en silencio un año después. Sonriendo suavemente. Con los ojos abiertos y mirando hacia sus hijos.
Tengo 59 años. Y estoy llorando... Dios mío, Dios mío...
"

Ginebra dijo...

Yo echo mucho mucho de menos a Sirwood. Snif.