"Ya ves qué tontería
me gusta escribir tu nombre,
llenar papeles con tu nombre,
llenar el aire con tu nombre,
escribir a mi padre muerto
y contarle que te llamas así,
me creo que siempre que lo digo
me oyes.
Me creo que da buena suerte:
Voy por las calles tan contenta
y no llevo encima nada más que tu
nombre".
Gloria Fuertes
"Sí", dijo la Mini, "a esta edad sólo se ama o se odia. No hay término medio".
Y es cierto.
Con los años perdemos la capacidad de apasionarnos sin remisión, de arrebarnos absolutamente. Perdemos la capacidad de tener sentimientos llevados a la totalidad y el agotamiento. Perdemos el idealismo, la bella inocencia y la radicalidad.
¡Oh, aquella potencia intacta, de la niñez!
Adolescencia... tiempo en el que todo es posible. Donde todo es oportunidad, rabia, pasión, certezas y violenta explosión de posibilidades. Hundimiento y rompimientos de Gloria.
¡Qué maravilla de edad! ¡Quién volviera a ser adolescente! ¡Quién volviera a sentir con cada célula, con cada micra de piel y alma!
Quién pudiera volver. Y enamorarse.
2 comentarios:
Y después a algunos nos llaman pesimistas... Y algunas optimistas relevantes tiran la toalla en cuestiones fundamentales para que un ser humano siga siendo un ser humano y no un aburrido animalito preprogramado fiel a la colmena... Vamoooooos, qué cabreo con este post...
Estoooo..... ¿mande??? (juas, juas)
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