Doy comienzo a un cuaderno de notas, recopilaciones, apuntes de interés y otras zarandajas de parecida naturaleza para..... armarme, como una Lara-Croft-maternal... ante la que me va a caer por encima, ya mismo... sí... porqueeee.... EL SEXO ESTÁ A LAS PUERTAS
¡ja!
-El sexo está YA adueñándose de mis pobres cúmulos de hormonas (antes llamados: hijos).
Así es.
Oh, sí-sí.
Vamos a ello, ¡sin miedo!, aprovechando la oportunidad y la maravilla de la vida dejándose sentir por todas partes.... órganos reproductivos de mis hijos, incluídos.... ¡ay!
Y para empezar lanzo al aire algo que los padres tenemos que tener muy claro: NO NECESITAN PERMISO DE NADIE. Están en su derecho al reclamar su derecho a la sexualidad y al libre ejercicio de la misma.
Y, además, tienen derecho a que nosotros, sus personas de confianza, sus padres -los primeros- y más tarde sus profesores, tutores y demás personas que participamos en su formación y educación, aportemos todos los conocimientos que necesitan para que esa parte tan fundamental de su vida sea GLORIOSA Y FELIZ y no arriesgada, peligrosa, desestructurante o de consecuencias fatales... por falta de información.
Es para nosotros, los padres, una oportunidad magnífica al mismo tiempo que un reto que nos guiña el ojo (es decir: irresistible!!), el conseguir transmitirles -también en éste tema- nuestros valores, los principios en los que creemos personalmente y que tal vez a ellos también les sirvan.
En agosto de 2000, se reunieron en Tlaxcala representantes juveniles de 78 agrupaciones mexicanas provenientes de casi todas las entidades del país, y elaboraron la Declaración de Derechos Sexuales de los Jóvenes, documento donde plasman su aspiración a vivir una sexualidad libre y responsable, placentera y protegida, respetuosa y equitativa.
Declaración de Tlaxcala
Agosto del 2000
Derecho a la autonomía sobre mi cuerpo y mi vida sexual. Decido que hacer con mi cuerpo y mi vida sexual y exijo respeto a mi libertad.
Derecho a disfrutar de una vida sexual placentera. Yo disfruto de mi cuerpo y del ejercicio de mi vida sexual, y necesito un ambiente libre de culpas y coerción.
Derecho a manifestar públicamente mis afectos. Expreso mis sentimientos y afectos en espacios públicos, fomentando así una cultura de convivencia armónica.
Derecho a decidir con quién compartir mi vida y mi sexualidad. Decido libremente con quien o quienes compartir mi vida, mis sentimientos, mis afectos y mi erotismo. Deben ser reconocidas y respetadas las formas de unión o convivencia que yo elija.
Derecho a la privacidad en mi vida sexual. Tengo derecho al respeto de mis espacios privados y a la confidencialidad en mi vida sexual. Ninguna persona o institución tiene derecho a transgredirlos.
Derecho a vivir libre de violencia sexual. Nadie debe ser objeto de coerción o violencia sexual en su familia, con su pareja, en el trabajo o en cualquier otro ámbito en el que se desarrolle. Los sistemas de impartición de justicia deben protegerme y garantizarme el ejercicio libre de mi sexualidad.
Derecho a la libertad reproductiva. Decido tener o no hijos, cuántos y cuándo de acuerdo a mis posibilidades y deseos. Para apoyar mi decisión, tengo derecho a información y servicios de salud.
Derecho a la igualdad y a la equidad. Todas las personas somos libres e iguales en derechos y esto incluye el ejercicio de nuestra sexualidad.
Derecho a vivir libre de toda discriminación. El ejercicio de mi libertad no debe ser condicionado por mi edad, género, sexo, orientación sexual, estado de salud, religión, estado civil o forma de vestir. El Estado debe garantizarnos la protección contra cualquier forma de discriminación.
Derecho a información completa, científica y laica sobre sexualidad. Para decidir libremente sobre mi vida sexual necesito información sobre placer, vida afectiva, equidad e igualdad, reproducción, perspectiva de género, diversidad y/o cualquier otro tema de la sexualidad.
Derecho a educación sexual. La sexualidad es parte integral de nuestro desarrollo, la educación sexual debe estar presente en todos los programas educativos para la infancia y la juventud de las instituciones públicas y privadas, fomentando la equidad, la igualdad, el respeto.
Derecho a servicios de salud sexual y salud reproductiva. Tengo derecho a que el Estado me proporcione atención gratuita, oportuna, confidencial, de calidad, y sin ningún tipo de prejuicios en todos los servicios de salud.
Derecho a la participación. Tengo derecho a participar en los espacios de toma de decisión que tienen que ver con mi sexualidad y mi reproducción, desde el diseño, implementación y evaluación de programas, políticas públicas e instituciones sociales.
Esta Declaración es el reflejo de las y los participantes de 28 estados de la República Mexicana, representantes de 78 organizaciones civiles e instituciones gubernamentales que asistieron al Foro Nacional de Jóvenes por los Derechos Sexuales, realizado en La Trinidad, Tlaxcala, que convocó el Instituto Mexicano de la Juventud, la Dirección de Programas para la Juventud del Gobierno del Distrito Federal, Acción Educativa por la Salud Sexual, A.C. y ELIGE Red de Jóvenes por los Derechos Sexuales y Reproductivos