"Así que... ¿ya está?", me preguntó mientras pasaba distraídamente (en todo caso falsamente) las hojas del album. "Sí", contesté haciendo como que examinaba mis uñas. "Entonces... se ha acabado eso de que mis amigas sepan todo lo que pasa en casa, ¿no?". "Eso parece. Ya no tendrás que preocuparte de secuestrar las ediciones dominicales", respondí. La Mini cerró abruptamente el album y lo malcolocó en la estantería, junto a los otros. "¡Pues qué assssco!", protestó antes de desaparecer por el pasillo.
martes, 21 de octubre de 2008
Despidiéndome
martes, 7 de octubre de 2008
un soplo de literatura...
[...]
He aquí la carta. Se verá, quizá, que mi amigo no era ni un loco, ni un imbécil.
“…Por décima vez o vigésima vez, querido amigo, faltamos a nuestra palabra, infamemente. Por paciente que seas, supongo que ya estarás harto de invitarnos. La verdad es que esta última vez, como las anteriores, no tenemos excusa, mi mujer y yo. Te habíamos escrito que contaras con nosotros y no teníamos absolutamente nada que hacer. Sin embargo, hemos perdido el tren, como siempre.
“Hace quince años que perdemos todos los trenes y todos los vehículos públicos, hagamos lo que hagamos. Es horriblemente estúpido, es de un atroz ridículo, pero empiezo a creer que el mal no tiene remedio. Somos víctimas de una grotesca fatalidad. Todo es inútil. Para alcanzar el tren de las ocho, por ejemplo, hemos ensayado levantarnos a las tres de la mañana, y hasta pasar la noche en vela. Y bien, amigo mío, en el último momento se incendiaba la chimenea, a medio camino se me recalcaba un pie, el vestido de Julieta se enganchaba en alguna zarza, nos quedábamos dormidos en la sala de espera, [...] etcétera, etcétera… [...] Desde nuestra llegada a este lugar maldito, hemos faltado a setenta y cuatro entierros, a doce casamientos, a treinta bautismos, a un millar de visitas o diligencias indispensables [...]
El Poustillon de Longjumeau anunciaba ayer el deplorable fin de los Fourmi. Esta hoja tan recomendable por la abundancia y por la calidad de su información, se perdía en conjeturas sobre las misteriosas causas de la desesperación que había precipitado al suicidio esta pareja, considerada tan feliz.
-L. Bloy
.....no sé porqué, leyéndolo... he pensado en la condición de "padres".... hhhmmm.....
martes, 30 de septiembre de 2008
¿Dónde han estado los padres cuando una adolescente aborta?
"Mientras muchas parejas luchan para conseguir la anhelada gestación, en el mundo abortan al año 35 de cada 1000 mujeres con edades comprendidas entre 15 y 44 años. De cada 100 gestaciones que se producen en este planeta nacen 63 niños vivos, 15 constituyen abortos espontáneos o partos en los que el bebé nace muerto y 22 terminan en interrupciones voluntarias del embarazo. Los datos españoles del 2005 son elocuentes: 91600 abortos inducidos (2525 de ellos en Galicia). El 88% se practicaron en el ámbito extrahospitalario privado. Existe también otra cara de la moneda, pues 70000 mujeres pierden la vida anualmente al abortar en condiciones inapropiadas."
"En España, a partir de los años ´80, se ha registrado un incremento en el uso de contraceptivos y preservativos comercializándose, en 1993, unos 40 millones de preservativos, equivalente a la media más alta de los países de la Comunidad Europea (3,5 preservativos por habitante). Actualmente es imposible conocer el número de adolescentes que abortan. Sólo 2/3 de los embarazos de adolescentes llegan al nacimiento de un hijo; de los nacidos, un 4% son dados en adopción y un 50% permanecen en hogar de madre soltera. Un 8% de las adolescentes embarazadas abortan y un 33% permanece soltera durante el embarazo."
"Se estima que en España se producen anualmente 18.000 embarazos, en su mayoría no deseados, en jóvenes de entre 15 y 19 años. Estas cifras corresponden a 8-9 casos por cada mil mujeres en ese grupo de edad."
"A pesar de las medidas adoptadas las tasas se han mantenido igual en los últimos años", explica el Dr. Juan Luis Alcázar, especialista del departamento de Ginecología de la Clínica Universitaria, con motivo de un congreso sobre Sexualidad y Adolescencia que se ha celebrado en la Universidad de Navarra."
"Detrás del embarazo en la adolescencia se plantea la cuestión del aborto. En España aumentó de un cuatro por mil a un nueve por mil, de 1993 a 1995, cifras que se ha mantenido. En términos generales las estadísticas del año pasado revelan que se practicaron 77.125 abortos. "El aborto plantea una problemática moral y médica. Aunque en nuestro país, a pesar de esa cifra, no hay ningún estudio publicado que analice las consecuencias psicológicas en la mujer que se somete a un aborto, diversos estudios internacionales revelan que hasta un 60-90% de las mujeres, especialmente las jóvenes, que abortan sufren secuelas psicológicas a medio o largo plazo"
Ninguna de las mujeres que conozco que en algún momento de su vida abortaron, pasare el tiempo que pasare, ha dejado de acordarse o dolerse por ello. Por lo tanto y por ser un acto que atenta profundamente con nuestra condición natural femenina y generadora de vida, es traumático para nosotras. ¿Por qué se llega a un aborto? (siempre hablando de mujeres jóvenes, se entiende): Por un embarazo no deseado producto de VARIOS FALLOS:
-INCOMPLETA EDUCACIÓN SEXUAL: DESINFORMACIÓN en la familia y en el colegio.
-Dificultad para acceder a medios de anticoncepcion: por vergüenza, por desinformación, por imposibilidad económica, por creencias religiosas (esta razón suele ser la menor aunque muchas adolescentes de familias muy religiosas sufren más gravemente el tabú de la desinformación sexual).
-Inexistente o deficiente comunicación con los padres. Falta de afecto o atención familiar.
-Falta de autoestima o deseo de ser aceptado en un grupo donde las relaciones sexuales son corrientes.
El embarazo en una adolescente es siempre algo indeseable, en mi opinión subjetiva, por muchísimas razones. Pocas chicas adolescentes tienen la madurez necesaria para convertirse en madres y, desde luego muchas menos tienen una relación sentimental estable con su pareja (que a esas edades suele ser más temporal que permanente).
Junto al derecho de vivir su sexualidad nuestros hijos tienen el de: que esta sea segura; es decir: sin riesgos de enfermedades ni consecuencias. Frente a la maravilla de poder engendrar vida existe el derecho de que ésto sea posible en las mejores condiciones: cuando uno puede afrontarlo al cien por cien, dando la mejor oportunidad de cuidados, estabilidad y futuro a esa nueva vida.
¿Qué necesitamos los padres para garantizar a nuestros adolescentes una vida sexual segura? -Asumir que "cerrar los ojos" a las actividades sexuales de nuestros hijos no les va a producir esterilidad. Si tenemos hijos sanos y que, además, están activos sexualmente, el riesgo de embarazo es real. Existen muchos métodos anticonceptivos, actualmente: INFORMÉMOSLES de una manera veraz. Démosles acceso a ellos.
Existe y es accesible en España (al menos en casi todas las comunidades autónomas) el derecho a la píldora del "día después". Y tenemos, de forma institucional, una ley sobre el aborto, que contempla unas condiciones más que completas sobre la ejecución de los mismos.
Existe, también, en nuestro pais la posibilidad de dar en acogida o en adopción a un bebé.
Tenemos que entender que el aborto no es un anticonceptivo, sino la última de las "soluciones" y que como todo lo que atenta contra la naturaleza y la vida, produce daños propios, al individuo, a la persona que lo sufre.
El aborto no es el "método paliativo" que suple a una deficiente educación sexual de nuestros jóvenes, ni a unos progenitores que no cumplen su función de TUTELAR, CUIDAR Y VELAR por los derechos de la vida sexual de sus hijos. Fallan los padres, falla el Estado si la consecuencia de los actos sexuales de nuestros hijos son el aborto.
.........y hasta aquí he llegado, de momento....
lunes, 29 de septiembre de 2008
El bebé de Gabi
“¿Que no te ha dado ni un beso mientras lo hacíais? Pero... tía, ¿ni uno sólo, en ningún sitio?”
“Ha sido valiente”, digo.
“¡Qué egoista!”, exclama el Nieto, “deja a su hijo tirado”.
“¿Y el novio?”, pregunta el Pezpiloto mirando con suspicacia al perturb, ¿no va a hacer nada?”.
La última publicación de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPAP) revela que unas 18.000 adolescentes menores de 19 años se quedan embarazadas cada año en España y, de ellas, 7.000 deciden interrumpir la gestación, haciéndolo el 90% en clínicas privadas. ¿Por qué si hay tanta información y si hay acceso a los anticonceptivos, el número de abortos y embarazos no deseados aumenta? La respuesta según Isabel Serrano Fuster, Ginecóloga y Presidenta de la Federación de Planificación Familiar Estatal (FPFE), es clara: “Porque no existe un acceso organizado a la anticoncepción ni a la anticoncepción de urgencia”.
lunes, 22 de septiembre de 2008
Aldara: Váyase con viento fresco!
domingo, 21 de septiembre de 2008
Adios vacaciones, ¡bienvenida, rutina!
Se necesita una forma física de atleta para sobrevivir a unas vacaciones en familia cuando hay cuatro hijos y todos son adolescentes. Aunque todavía nos estamos recuperando, cuando mi Santo y yo cruzamos miradas, se nos escapa una sonrisa boba, en la que se entiende: “estamos aquí, por fin”. Y es que hemos regresado vivos a la bendita rutina, al aire contaminado, a los atascos: ¡Alabado sea el tedio y lo cotidiano! ¡Viva el trabajo y los horarios! ¡Larga vida al que inventó el colegio!
Por primera vez en 16 años y contra todo pronóstico, nuestros hijos gemelos, aprobaron el curso en Junio.
A la primera alegría le siguió un sordo terror.... ¿qué pasaría con los perturbs, -eternos fracasados en los estudios y carne de castigo y restricción horaria-, convertidos en reyes del mambo?
Superamos lo que pudo haber sido un Julio “caliente” en la ciudad (salidas nocturnas,chicas, alcohol, peleas...) gracias a que mi Santo les propuso buscar un trabajo para ganar un dinerillo con el que poder trasladar sus motocicletas a la playa. Pero, como las golondrinas del poema de Ungaretti "voló el mes de Julio veloz"... y nos encontramos con que, además de reyes nuestros perturbs estarían motorizados y con dinero (¡Ay!)
Observándoles ahora mientras se les destiñe el bronceado, enfundados en sus uniformes de colegio, hablando de asignaturas y apuntes con una apariencia casi beatífica... dudo si realmente son los mismos que hicieron botellón treinta días seguidos, fumaron, malcomieron, se trabajaron a cada chica que pasó a su vera, bailaron sin descanso en todo antro abierto y vieron amanecer cada día, sobre la tapia de la panadería, hasta hacerme recordar las palabras de la escorpiona madre, del libro de Boffa: “¡Malditos monstruos, obras del demonio, criaturas infames! -¡Maldice, oh Todopoderoso, a esta indigna prole, y maldice su simiente, libra al universo de su obscena existencia y que el Maligno se apiade de ellos!”
Pedí cita a nuestro médico de cabecera y poco antes de que empezara el curso llevé a los perturbs a que les hiciera una revisión general, “posible cirrosis, cánceres y enfermedades de transmisión sexual”, enumeré a la escueta enfermera que nos recibió. “Siéntese ahí, con las otras madres”, respondió sin inmutarse mirándonos por encima de las gafas. “Te has pasado, jefa”, susurró irritado el perturbmetrosexual, “dijiste que nos traías a solucionar lo de los granos”. “Dijo que solucionaría lo de que fueras un grano en el culo” contestó el perturburlón mientras se colaba en la consulta.
lunes, 15 de septiembre de 2008
Valhalla... veraniego
De vuelta a la normalidad y con la memoria llena de imágenes y sensaciones.... suelto el libro de Réjean Ducharm, con quien no puedo estar más en desacuerdo. ¿Cómo se puede decir: "Yo estoy sola. No tengo más que cerrar los ojos para darme cuenta. Cuando se quiere saber dónde se está, se cierran los ojos. Estamos donde nos encontramos cuando tenemos los ojos cerrados: estamos en la oscuridad y en el vacío."
lunes, 28 de julio de 2008
El primer empleo
Los gemelos de 16 años, y contra todo pronóstico, han aprobado el curso este año. Mi Santo les sugirió la idea de trabajar un mes y ganar algún dinerillo para las vacaciones. Ese era el señuelo. Un Julio caliente, en la ciudad, saliendo noche tras noche, me ponía los pelos de punta: chicas, alcohol, peleas... El trabajo les tendría ocupados, les sacaría de circuíto (por agotamiento), les haría responsables y conocerían otros estilos de vida.
Muy expectantes, les vimos partir el primer día hacia el concesionario de un buen amigo. “Técnicos de la empresa”, me dijeron, “empezaremos ‘en archivos’”. Ocho horas después, derrengados, muy sucios pero no vencidos, llegaron nuestros guerreros y, tras engullir cantidades pantagruélicas de alimento, relataron su encuentro con el primer eufemismo de la vida laboral adulta: “¡Técnicos que van a construir la empresa!”, “¡los que van a montar las estanterías del archivo!”
Cada tarde se derrumban en las tumbonas de la piscina, donde duermen el sueño de los justos, con los brazos aún tintados de la imposible grasa del taller.
“Así que es cierto”, me dice una vecina con la nariz arrugada por el disgusto y su tontorronísima cría birrepetidora al lado, “los habéis puesto a trabajar”. Contesto sin inflexiones, mirando a su hija, antes de darme la vuelta en mi toalla, “el trabajo y el esfuerzo enmiendan toda idiotez natural, por más severa que sea”.
domingo, 20 de julio de 2008
Fuego en el cuerpo. El desenlace...
¡¡Ojjj!!
“No te preocupes jefa”, trata de consolarme su gemelo, “‘el máquina’ sabe lo que hace. Nos has dado tanto la vara con lo del sexo, los sentimientos, el placer, las enfermedades y los embarazos que tiene cuidado y usa preservativo”.
Los adolescentes viven en un contexto de constante erotismo, desinformacion y presiones. El libro “¿Hablas de sexo con tus hijos?” (Nora Rodriguez, filóloga y pedagoga) relata la facilidad de nuestros jóvenes para acceder a información de alto contenido erótico o pornográfico, en revistas y en internet. “Cuando se enfrentan a una noche de conquista, lo hacen tras haber consumido alcohol u otro tipo de estimulantes. (..)El sexo oral es la práctica más común, pero también se practica el sexo anal, entre otras razones para evitar embarazos. La lista de relaciones es larga: sexo en grupo, con desconocidos, con el amigo de confianza al que siempre se recurre, antes y después de un desengaño amoroso.”
Busco al pertubcopulador y antes de poder abrir la boca me da un beso y me dice al oído “La quiero bien”, y se va por el pasillo silbando. Y, porque entiendo que “querer bien” es dar generosamente y cuídar al otro para el bien de ambos; elijo confiar en él. Ya no es un niño.
La noche es calurosa y no consigo dormirme. Una mano cae sobre mi hombro. “Chiquilladas, no”, le incrusto a mi Torrente, resentida. “Hmmm, ¿no te cuento entonces que encontré el trabajo de verano que tus hijos me pidieron? ¿ni que serán 8 horas cada día, todo el mes? ¿y que estarán tan-tan-tannn cansados que sólo querrán dormir?
Enlace MUY PRÁCTICO: "Cómo hablar de sexo con nuestros hijos"
jueves, 17 de julio de 2008
Fuego en el cuerpo I
La voz de Santiago, desde Insbruck, me acompaña mientras miro como el Nieto deshace el petate que ha llevado al campamento de una semana, en Gredos. “Sacúdelo por si hay bichos y échalo todo a lavar, el saco de dormir, también”, le digo tapando el auricular mientras mi amigo continua: “Un hito tan significativo como el acceder a lo que socialmente se considera sexualidad adulta genera un alto grado de ansiedad e inseguridad en los adolescentes. Una forma de poder sobrellevar este evento es a través de un ritual de pasaje. En las culturas primitivas estos rituales se hallaban claramente definidos y a cargo del chamán, brujo o de quien tuviera el poder en la comunidad: una desfloración ritual en el caso de las mujeres o ceremonias de purificación, o en el caso de los varones, coitos rituales, períodos de homosexualidad con un adulto que lo instruía, circunsición, por citar algunos ejemplos”.
“¡Pero si solo tiene 13 años!”, protesto enfáticamente, “¡qué rito de iniciación ni qué nada! ¡SO-LO le hemos mandado a un campamento, aquí al lado, una semana!”.
Mando al Nieto a darse una ducha concienzuda, cojo los bultos de ropa sucia y zapatillas malolientes y me dirijo a la cocina haciendo malabarismos con el teléfono por el que discurre la voz flemática y grave de Santiago. “Los calores estivales traen las moscas y los autobuses que se llevan a los adolescentes urbanos a los campamentos de verano. Evacuación juvenil, que como un nuevo fenómeno sociológico despuebla nuestras ciudades de niños. Los pudientes vuelan al extranjero; los menos se quedan en las estribanías serreñas o en las costas patrias, practicando actividades acabadas en “ing”. Pero todos parten en lo que parece la versión civilizada de los ritos iniciáticos: ‘Tú, niño, partir campamento verano, volver hombre’. Es su iniciación al sexo”, concluye justo cuando consigo abrir la puerta de la cocina de un rotundo caderazo.
“¡Mamá! ...ahhh... no sabía que estabas...”, alcanzo a oír sobre el tam-tam-tam de las palpitaciones en mis oídos, con los ojos desorbitados y habiéndoseme caído todo lo que llevaba, de la impresión. Ahí ante, bajo, con, contra, entre, sobre, tras la lavadora mi perturb, pillado emulando la mas viva faena al estilo Rocco Sigfredi, trataba de recomponer su ropa y la de su paternaire. En el suelo, ajena a la escena tragicoerótica la voz de Santiago, en manos libres, rompía el silencio: “El resumen es que la educación sexual que reciben es del tipo: Primero un cura les dice por qué no deben. Luego un médico, cómo no deben. Por último el director del colegio, dónde no deben”.
lunes, 7 de julio de 2008
Guardia perturbpretoriana
Llevar a los perturbs a la Expo, más allá de la cosa turísticocultural, sirvió tan solo para aplazar lo inevitable: la madre de todas “las grandes movidas”. Tal y como nuestros hijos gemelos de 16 años me habían explicado el callejero de Madrid cambiaba de faz las noches del fin de semana y mutaba en cuartelillos enseñoreados por las tribus urbanas propias de cada zona. Así que podría decirse que los pijos, skaters, indis, poqueros, sarperos, nazis, bacalas, etc... se repartían la ciudad poniendo sus respectivas capitanías generales en los bares y discotecas de moda. Y que los encontronazos de distintas tribus adolescentes se sucedían en forma de pequeñas escaramuzas hasta que, finalmente, acordaban lugar y día (una calle transitada, donde la policía pudiera intervenir si la cosa se ponía fea) para la gran refriega.
Aprovechando el bullicio de las calles, llenas de aficionados al futbol celebrando éxitos de la selección, se fueron congregando contendientes que se sumaban a la pandilla del Topo o a la que lideraba Nico con mis insensatos perturbs como guardia pretoriana. Cuando los agentes municipales llegaron al lugar había medio centenar de escolares pegándose -junto a otros tantos mirones-.
Varias dotaciones del Samur, una cabalgata de policías motorizados y procesión y media de padres urbanitas angustiados y furiosos fue la primera imagen del holocausto adolescente. Mi Santo fue el primero en verlos: uno de los perturbs tirado boca abajo sobre un bordillo se retorcía presa de convulsiones y el otro, con una venda ladeada en la cabeza, parecía asistirle. Corrimos hacia allá tratando de mantener la calma. “¡Cabrón!, deja de reírte o te... ho-ho-hola, mamá... jefe, glups!...”, el perturb paró de golpear la espalda de su gemelo al tiempo que el otro se daba la vuelta sin poder contener las carcajadas. “Le ha mordido una oreja”, pudimos entender, “la churri del Topo se le encaramó a la espalda cuando este ‘Gandhi’ trató de mediar y no había quien la desenganchara. ¡Vencido por una pava!”
“Al coche”, rugió mi macho Alfa. Ya dentro, prosiguió, “se necesita más coraje y liderazgo para oponerse a la violencia que para secundarla. Pelearse con alguien porque es diferente es inaceptable. Veo que necesitais ejercicio extra y que desconocéis que existe vida fuera de vuestro grupo. Voy a apuntaros a la escuela de boxeo de mi amigo Jero”.
En la intimidad de nuestro cuarto le expresé mis dudas. “Ese gimnasio es Babel”, me contestó, “integra a chicos de todas las razas. El boxeo canaliza la agresividad y requiere mucha disciplina y fuerza de voluntad. Enseña a sufrir, entrenando. Aprenderán a respetar la diferencia, se cansarán mucho saltando a la comba y pensarán dos veces lo de pegarse”.
lunes, 30 de junio de 2008
Peleones
“No, tío”, oigo al perturbpacificador hablar por teléfono con un amigo, ignorante de que estoy en el cuarto de al lado, haciendo como que leo, “Ya sabes que no se puede hablar con la piba del Topo. Es la peor. Hasta yo, que estaba con ella en clase antes de que salieran juntos mantengo las distancias. Es la que empieza siempre. Sólo con decirle: ‘ese me ha mirado’ hay lío. Al Topo se le va la olla cuando bebe, pero es buen tío. ¡No te ralles con él, que tiene una pandilla de matones!“
“Pásamelo, ‘Gandhi’” escucho cómo el perturbpeleón le quita el teléfono su gemelo, “A ver, maricón, ¿dónde es la movida el viernes? Vale, tío. Ahí nos vemos.” Parapetada tras mi libro... dudo entre intervenir; proporcionarles luchacos o un spray de autodefensa ; castigarles sine die y mantenerles a salvo en casa ooooo.... esperar como una etóloga de lo doméstico a que llegue el macho alfa, o sea: mi Santo, para cargar sobre su lomo plateado el asunto de la testosterona belicosa. Al final les llamo. Si la pereza es la madre de todos los vicios, y como madre hay que respetarla (Les Luthiers, dixit), todo perturb varón tiene su talón de Aquiles. Nosotras, antes mujeres que madres, sabemos que una de las formas de conquistar a un hombre es por el estómago. Así que activo el plan “T&N” (tortitas con nata), estratagema extrema y que nunca falla, para hacerles hablar.
Cuando ya llevan tres cada uno, saco la conversación. “¿Qué va a pasar el viernes?”, le pregunto al peleón abortando todo reflejo de desconfianza al ponerle una porción exagerada de syrup de fresa. “Hay tribus ¿sabes?: pandillas. Están los indis, los sarperos, los bacalas, los poqueros, los macarras, los nazis, los pijos... Tenemos zonas. Pero en algunos bares nos mezclamos. Si tienes amigos, no pasa nada.”
“Pasa”, dice el pacífico antes de meterse una tortita entera en la boca, “que siempre hay uno que empieza. Busca, le dan. Llama a sus amigos y durante algunos findes hay pequeñas peleas hasta que, en una calle a la que pueda venir la policía (por si se pone peligroso), se queda para la gran movida. Han retado a Nico, ¿Vamos a dejar tirado a un amigo?”.
“Al escritor Bernad Shaw cierta señora le quiso invitar con una sencilla fórmula: “La señora tal, su admiradora, estará en su casa mañana, entre las cinco y las ocho”. Y Shaw le contestó con otra sencilla fórmula: “Yo también en la la mía”, contesto justo cuando llega Mi Santo mostrándonos unas entradas para la Expo. “¡Lo siento por Nico!”, dicen al unísono los perturbs. Eficacia : Macho Alfa, 1; madre 0.
martes, 24 de junio de 2008
lunes, 23 de junio de 2008
Tarjeta roja para los padres
Nessun dorma
“Una cosa es que vengas tú a decir que has llegado, y otra que Mugu y López también entren en mi cuarto, ¡a las tres de la mañana!, a darme las buenas noches”. “No me di cuenta”, contesta el perturb mientras amolda la bolsa de hielo contra su mandíbula. Procuro mantener la calma, concentrándome en los consejos de Robert y Jean Bayard (“Guía de supervivencia para padres desesperados”: Deje claro lo justo de sus peticiones. Manténgase firme ante las presiones).
“Si tu padre se ha lanzado sobre tus amigos armado con el palo de golf al grito de '¡canallas, ladrones, voy a abriros la cabeza!', ha sido porque he gritado cuando me has puesto tu mano helada en el hombro, a oscuras y matándome del susto, al tiempo que pisabas a la perra y tirabas todo lo que había sobre mi mesilla de noche. Has tenido suerte de que tu padre se tropezara contigo y aterrizara contra el armario, y de que yo encendiera la luz justo cuanto te enganchó por el cogote... Anda, llévale esos hielos y que los ponga en la cabeza", le digo observando la cara de terror de sus silenciosos amigos, a quienes la perra ha perseguido por el pasillo.
“¿Ves?, ya te dije que lo de entrar en tu cuarto no era buena idea”, interviene el otro perturb.
“O eso, o tener hora de llegada”, zanjo la cuestión repartiendo tazas de café y haciéndole un gesto para que haga sitio a su padre y a su hermano, que se nos han unido en la mesa de la cocina.
“Otra vez habéis bebido y tenéis 16 años”, les dice mi furioso Santo, mirándoles uno a uno. Ana Esquifino, autora del estudio sobre los efectos en el sistema endócrino del consumo de alcohol en los organismos durante la etapa de maduración sexual, del Departamento de Biología de la Universidad Complutense de Madrid, afirma que: “A medio plazo, los adolescentes que consumen alcohol de forma crónica o “social” (una importante cantidad pero en pocos días de la semana) estarían expuestos a severas alteraciones en la conducta sexual, disminución de la líbido y el deseo, cambios en la producción de testosterona y hasta hipogonadismo”.
“No es ya, como entrenador, que me importe el partido de mañana”, prosigue mi Santo, “sino el que desconozcáis los riesgos del alcohol durante la adolescencia. Creéis ser los más “guays” y “machotes” por emborracharos, cuando lo que hacéis es oposiciones a entrar en la liga de fútbol femenina. Mañana, entrenamiento a las 8’00. A la cama, señoritas”
“¡Joé, tío, qué acojone!”, oímos decir a Mugu al salir de la cocina protegiéndose los testículos.
lunes, 16 de junio de 2008
¡¡Por misericordia, dos plazas pa' mis perturbs!!
Objetivo pedagógico: Curso de formación que permite a los hombres desarrollar esa parte del cerebro de la que ignoran su existencia. Los costos los pagarán sus adorables madres agradecidas, una vez aprobado los cuatro módulos. También hay un curso intensivo, para los que deseen hacerlo (se recomienda a todos).
«Mi madre NO es "pesada", NI la criada» (3000 horas).
No hacer pis fuera del inodoro (300 horas).
Cómo llegar hasta el cesto de la ropa sucia sin perderse (500 horas).
Cómo sobrevivir a un resfriado sin antes agonizar como si fuera una campaña de marketing.
Digerir cerveza (sin alcohol!!), gaseosa o cualquier otra bebida sin eructar en la mesa (ejercicios prácticos).
Nivel 2 (avanzado): Mi primera sopa instantánea sin quemar la cacerola. Ejercicios prácticos: Hervir el agua antes de añadir la pasta.
Por razones de dificultad y de entendimiento de los temas, tendrán un máximo de 8 inscritos.
TEMA 1: La plancha: Ubicación en el armario después de usarla; ese misterioso proceso.
TEMA 2: Los riesgos de llenar la cubeta de hielo y su transporte al congelador (demostración con soporte de diapositivas).
TEMA 3: Último descubrimiento científico: Cocinar y tirar la basura NO provoca impotencia ni cuadriplejía (prácticas en laboratorio).
TEMA 4: El rollo de papel higiénico: «¿ El papel higiénico nace empotrado en la pared, al lado del inodoro?». Cómo cambiar el tubo vacío. (Teleconferencia con la Universidad de Harvard).
TEMA 5: Cómo levantar la tapa del inodoro paso a paso (Clase teórica-práctica, con repaso durante una semana).
TEMA 6: No es necesario celebrar un campeonato de pedos, cada noche (ejercicios de reflexión en grupo)
TEMA 7: ¿Los hombres que conducen pueden pedir información si se pierden, sin correr el riesgo de parecer impotentes? (Testimonios).
TEMA 8: Los detergentes: Dosificación, consumo, utilización. Prácticas para evitar daños irreparables a la casa.
TEMA 9: La lavadora de ropa: Ese gran misterio de la casa.
TEMA 10: Diferencias fundamentales entre el cesto de la ropa sucia el colgador del baño y el suelo (Ejercicios en laboratorios de musicoterapia).
TEMA 11: La taza del desayuno o los vasos en la mesa del comedor: ¿Se desplazan solos hasta el fregadero? Ejercicios dirigidos por David Copperfield.
TEMA 12: Analizar en profundidad las causas anatómicas, fisiológicas y/o psicológicas que no les permiten dejar seco el cuarto de baño después de ducharse.
domingo, 15 de junio de 2008
El bollo de la discordia
Las palabras que escuché al subirme en el coche me cortaron el aliento. Mi sobrina Maite, de 14 años, discutía acaloradamente con uno de los perturbs mientras trataba de alcanzar, no sin esfuerzo, uno de los bollos que les había llevado para merendar antes del concierto. “Me gustan mis tetas, mi culo, mis redondeces. No soy perfecta, pero me encanto así. Soy feliz. ¡Tía Aldara, dile que me lo dé!”
“¡Vaca!”, oí que le decía el perturb amenazado con quedarse sin venir si seguía fastidiando a su prima, mientras ella le sacaba la lengua antes de pegarle un mordisco a su merienda. “Déjala, pringao”, intervino el otro perturb, “¿quieres que sea una anoréxica como tu churri?”. Tuve que frenar en seco y sacar toda mi autoridad para que mis gemelos de 1’80 cm dejaran de pegarse en el asiento trasero del diminuto coche. “¡Bajaos! Hablaremos por la noche“, les grité furiosa, antes de abandonarles en la calle.
Observando a mi sobrina cantar y bailar al ritmo del Canto del Loco, me tranquilicé. Maite no formaría parte de ese 50% de adolescentes que, en las últimas encuestas de una conocida firma de productos dietéticos, aseguraban que preferían morir a estar gordas y que sólo estando delgadas podrían gustar. Tenía personalidad y autoestima proporcionada por su ambiente familiar para no ser una esclava de las modas ni de la apariencia física.
Sabía que los perturbs, unidos en la fatalidad, habrían hecho las paces y frente común. Al volver a casa vi que uno me miraba fijo desde su ojo amoratado mientras el otro intentaba fruncir su labio partido. Sin prestarles atención me senté en medio de ellos y encendí mi ordenador portatil. El Nieto se arrebujó a mi lado esperando a jugar la partida de backgammon de cada noche, pero yo tenía otros planes. Empecé a navegar buscando imágenes que hicieran exclamar a mi hijo pequeño. “¡Ostrássss... a los 12 años pesaba 74 kilos! ¡Mírala aquí, un año después y se le ven todos los huesos! ¡Ahhh, uffff.... qué cortes más feos en los brazos!”
Al poco tenía a los perturbs encima, noqueados por aquellas imágenes extremas de adolescentes para las que la obsesión por su peso e imagen se había convertido en patologías de anorexia y bulimia. Olvidando que estaban enfadados leían en alto y comentaban los testimonios llenos de soledad, sufrimientos, mentiras y vomitonas, de esas chicas. Tras un rato de navegación abrí el archivo de fotografías familiares y seleccioné una donde aparecía Maite, sonriente, en primer plano.
Apagué el ordenador, les di las buenas noches y mientras iba por el pasillo alcancé a oir: “¡entendido, jefa!”
martes, 10 de junio de 2008
Salta!
lunes, 9 de junio de 2008
A propósito del cerebro... ¿qué hace el alcohol a un adolescente?
Gana la Banca!
Tras una tremendísima pelotera, los perturbs se pusieron furiosos porque no les habíamos dado los 35 Euros que “necesitaban urgente” para la megafiesta organizada por sus amigas en una discoteca, para celebrar el fin de los exámenes. Nos llamaron “tiranos”, “opresores de la juventud” e “injusta patronal". Soportamos toda la gama de actitudes: desde la chulesca a la lacrimosa, saltando sobre la negociadora. No evitaron las comparativas con sus amigos: “A Pablo le dan 600 Euros de paga”, “Los gemelos Garat se pulen 80 Euros cada finde”, “Somos los más pobres”, etc,....
“Daros dinero sin responsabilidades no os enseña nada, así que durante un mes, ya que pensáis que nuestra gestión de la economía familiar es calamitosa y que vuestra paga es deficiente, seréis los únicos responsables del presupuesto familiar. Aquí tenéis una lista de los gastos del mes: colegios, electricidad, comunidad, cuotas, seguros médicos, de vida.... También os damos los extractos del banco para que calculéis las domiciliaciones y los talonarios, las tarjetas para el cajero y una lista de cargos añadidos a los que hay que hacer frente. En este otro papel os hemos hecho una lista de imprevistos que podrían convertirse en más gastos y de la cantidad de euros que deben quedar el día 30 en la cuenta.
“Vosotros dos”, recalcamos a nuestros atónitos perturbgemelos, “decidiréis qué se hace y en qué se gasta. Nosotros os iremos pidiendo dinero para lo que necesitemos. De vosotros depende llegar a fin de mes yyyyyy.... y aquí está el reto: si lo conseguís el premio será paga doble en vacaciones”.
Cathy Lamp, consejera de familia y del consumidor de la Universidad de California apunta que “La mayoría de los adolescentes no comprenden la importancia del dinero. No conocen tampoco la cantidad necesaria para vivir una vida normal por la sencilla razón de que sus padres les proveen casi todo lo que necesitan”.
A día 30 los perturbs presentaron un folio con las cuentas y algunos apuntajos en los márgenes en los que destacaba un enorme “¿Papá, quién de vosotros dos es Copperfield, el mago?”
Cómo vomitar? Ana y Mía: NO!
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miércoles, 4 de junio de 2008
Del buen ejemplo y sus frutos
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lunes, 2 de junio de 2008
Exámenes
Mi Santo y yo nunca conseguimos que nuestros hijos tuvieran lo que los profesores llamaban "espacio individual de estudio", es decir, que estudiaran en sus cuartos, en silencio y soledad. Siempre han preferido la compañía solidaria y gremial de la mesa del comedor. Así que esa tarde...
Enlaces de interés:
*Arc, constante fuente de inspiración.
*Manual del buen chuletero
*Ansiedad ante los exámenes, ¿cómo puedes combatirla?
Aquella edad...
"Sí", dijo la Mini, "a esta edad sólo se ama o se odia. No hay término medio".