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martes, 26 de febrero de 2008

La Reflexión de una Mini perturb de 17




Le mandaron un trabajo de filosofía, en el que reflexionara sobre algún tema que tocara el campo teológico, social, ético y de opinión personal.
Se paseó furiosa, como un perro con pulgas, durante más de dos horas: "No entiendo filosofía, es una asignatura que no sirve para nada. A mí me gustan las matemáticas, son útiles para la vida..." -Murmuraba protestando.
Finalmente y después de encerrarse una hora en su cuarto salió, igual de furiosa que antes (en todo caso -la conozco- fingidamente furiosa) y tirándome dos folios sobre mi mesa dijo antes de darse la vuelta al más puro estilo bratz: "La filosofía hace llorar".
Por su interés y porque para mí ha sido una auténtica sorpresa (otra más) y me lo tomo como, ¿por qué no?, un triunfo personal de la educación que les estamos dando.... dejándoles pensar, animándoles a defender sus ideas sean las que sean... lo copio aquí:




“La dignidad del enfermo Terminal”


Una de las discusiones más virulentas y de actualidad en nuestro mundo civilizado es el derecho a morir o sea reivindicar para uno mismo la libertad de elegir su propia muerte, la llamada “eutanasia”. Es un tema tan controvertido como el del aborto o más, ya que en la sociedad individualista y material en la que vivimos, el culto a la eterna juventud se ve truncado por el paso de los años y la llegada de las inevitables enfermedades.

Debido a las nuevas tecnologías se puede mantener a una persona viva durante mucho tiempo, aunque su enfermedad sea gravísima y sus sufrimientos máximos, ¿pero a que precio?
La muerte es algo natural, la vida es un ciclo que comienza cuando nacemos y termina cuando morimos y es algo maravilloso que Dios nos concede sin pedirnos absolutamente nada a cambio; y que debemos saber vivir aprovechándola y sin miedo.

A todo el mundo le llega el final. Hay gente que lo teme, gente que lo abraza voluntariamente (los suicidas), y otros que simplemente se resignan. El problema es, ¿hasta qué punto hay que mantener vivas a aquellas personas que están agonizando?
-Sin las nuevas técnicas médicas, (que no digo que sean malas) si una persona dejara de respirar no se le pondría un respirador y por tanto moriría al instante.
Y porque nadie tiene derecho a decidir sobre la muerte de otro; cada persona debería libremente poder optar qué hacer con su muerte, y el resto tendría que respetar su opción. Yo no estoy diciendo que esté a favor de la eutanasia, a lo que me refiero es a enfermos terminales, a situaciones de dolor insoportables o a estar, por ejemplo, 25 años en coma para morir al 26. Lo que yo defiendo son los cuidados paliativos, lo que los médicos llaman sedación. Para mí la muerte natural asistida más digna.

En España hay una legislación , que hasta hace poco no te permitía decidir, los médicos aplicaban los protocolos de actuación hospitalarios usando cualquier medio para conservar vivo al paciente sin valorar sus deseos. Hoy en día con el Testamento Vital puedes pedir de forma oficial que no te mantengan con vida artificialmente.

Sobre la eutanasia hay dos posturas enfrentadas: Los de aquellos que opinan que si la persona decide que quiere morir debe ser “desconectada”; y de aquellos para los que “desconectar” significa atentar contra el derecho de la vida, es decir: matar; cuando nadie tiene derecho a matar a otro.

En mi opinión es igual de perverso usar los inventos y descubrimientos médicos para mantener contra su voluntad a una persona con vida aunque no tenga calidad, como el quitarle esos mismos tratamientos médicos, es decir “desconectarles” sin su consentimiento. Por eso la sedación paliativa me parece la más humana de las ayudas ya que quita el sufrimiento y el dolor y no impide el curso natural del final de la vida.

Debemos ser conscientes de que la sedación paliativa se aplica todos los días en España. El matiz diferencial, esta en la finalidad de la sedación, que no es causar la muerte del paciente, aunque la sedación profunda e irreversible la conlleve. La sedación paliativa le da al paciente dignidad y le permite tener una muerte digna. Que es lo más importante, sin duda. Se trata de que las personas mueran dignamente, de que no permanezcan días y días en estado vegetativo, sin saber si están vivos o muertos. Yo jamás seria capaz de ir contra la voluntad de un ser querido, tanto si éste escogiera la sedación paliativa como si optara por permanecer conectado y en estado vegetativo.

En conclusión, mi opinión es que lo más importante es la dignidad de las personas, por tanto todas y cada una de ellas debe de tener una muerte digna.
El tema sobre el que he reflexionado toca todos los campos sociales, éticos, teológicos, filosóficos y políticos: Porque la muerte nos llega a todos, queramos o no. Y es posible morir tan dignamente como hayamos sabido vivir.


D.M. escribió esto, después de mucho meditarlo y tras haber despedido a casi todos sus queridos mayores a los que no dejará de echar de menos el resto de los días que le queden.
Fdo.: "La Mini"


domingo, 23 de diciembre de 2007

Sectas y Adolescentes


Beatriz no es muy alta y tampoco llama la atención en el grupo de cuarto de la ESO del colegio. Falta mucho a clase y se está convirtiendo en una amiga “peligrosa” para uno de mis perturbs. Durante años y desde el encierro en su cuarto oyó los gritos y golpes con que su padre, director de orquesta de la brutalidad domiciliaria, componía sinfonías en los cuerpos de su madre y de su hermano.
Cuando sus padres se separaron y comenzó la batalla por su guarda y custodia, empezó a frecuentar una organización religiosa de su barrio, llamada La Familia.
Aunque los cambios en Beatriz fueron paulatinos no saltó mi alarma hasta que mi perturb comentó en casa algunas de las “cosas de Bea” como el rechazo a salir con los amigos los findes; el uso de un lenguaje esloganesco; el cambió en su vestimenta, desechando los colores oscuros o chillones y la negativa a comer carne.
–Es flipante, mamá, ayer otro amigo y ella me llevaron a ver el centro donde dan los cursos. Es guay, todos están motivados y te entienden de verdad-

Beatriz ha caído en una peligrosa organización. La Familia es la pantalla en España de la secta religiosa destructiva Niños de Dios, fundada en 1968 por David Berg-«autobautizado» como Moisés David o Mo quien, entre otras perlas dijo:
“Quiero niñas que amen a los viejos. Ellos son los que tienen el dinero.
No tengáis miedo de llevar faldas cortas y escotes profundos. Nada de
sujetadores y bragas. Enseñad lo que tenéis. Es el cebo para los hombres
ricos..... No olvides que eres como Jesús. A él lo clavaron en la cruz. A
ti te clavarán en la cama......”

Cuando Mi Santo y yo le explicamos a nuestro perturb cómo funcionan los métodos proselitistas y de sumisión al lider, de modificación de la personalidad y “lavado el cerebro”…. le cuesta creernos.

Según un estudio realizado por la Universidad de Stanford, en una encuesta realizada a mil estudiantes, aproximadamente el 50% fueron contactados alguna vez por una secta. Más de la tercera parte de los adolescentes ex-adeptos, según los resultados del estudio de E.Rodriguez Valdés, psicólogo y experto en este campo, procedían de familias con una figura paterna rígida y autoritaria y la materna pasiva e insegura.
El psiquiatra Niels Biederman insiste en que “lo fundamental es reconocer el peligro” antes de que la secta triunfe en el reclutamiento del adolescente, y considera que la comunicación afectiva de padres e hijos es la herramienta más efectiva.
(Publicado en El MAGAZINE de El Mundo 23/12/2007)

domingo, 25 de noviembre de 2007

¿Cuál es mi intención?



Bien.

Esto lo tengo claro, quizá sea lo único que tengo diáfanamente claro.

Sé lo que quiero para mis hijos: ¡Que se coman el mundo y no que éste se los meriende, en la primera esquina!

Veo la crianza de los niños como un proceso de guiar a un adulto joven a desarrollar la fortaleza para levantarse y caminar con sus propios pies. Pero veo en el niño o en el adolescente a una persona independiente, a la que respetar. No veo fragilidad en el niño, sino potencial inmenso. Un niño es un individuo con personalidad diferente, e incluso la relación entre el padre y el niño es finalmente una relación entre pares.


Por eso creo que ser padres significa ayudar a un chico a desarrollar su propia fuerza para luchar, desafiar y vivir. Y hay que hacerlo en positivo, estimulándoles, dándoles confianza, lanzándoles con impulso a ser ellos mismos. Pero algunos padres intentan usar a sus hijos como un medio de expresión a su propia vanidad y orgullo, intentando forzarlos en algunos moldes preconcebidos que ellos consideran deseables. Obligan a sus hijos a abandonar sus sueños y a protagonizar los de ellos.


Yo soy una soñadora, lo sé.

Y no concibo el fracaso si no es tras una larga, tenaz y voluntariosa lucha a brazo partido para vencer, para llegar a lo que me he propuesto.


Así que, mujer que se mueve por objetivos, tengo ahora ese que ahí arriba he escrito: Armar a mis hijos de seguridad en ellos mismos, de aplomo y confianza para salir ahí fuera y hacer el mundo a su medida.

Ellos son el futuro.


Si los padres podemos educar a nuestros hijos de una manera que desalienten el ensimismamiento y alentamos la apertura de mente, entonces esta amplitud de espíritu se desarrollará en forma natural transformándose en una calidez de corazón dirigida hacia otros, hacia la naturaleza y hacia el universo.

Y con tales jóvenes, estoy segura que el mundo se volverá un lugar mejor.

Elogio de la familia I



Vivimos en un mundo de velocidad y competición, en el que “el pez más agresivo se come al chico”, donde las personas son heridas y abandonadas con facilidad. El amor de una madre, sin embargo, no es así. El amor de una familia no es así. Esta clase de amor aumenta, se consolida y fortalece cuanto más obstáculos encuentran y más problemas se tienen.

Leí una anécdota, ¡ya no sé dónde! sobre el gobernador de Hawaii, George Ariyoshi, en su primer viaje a Japón, poco después de la guerra. Tokio era una ciudad arrasada por las bombas y el fuego. En una calle Arisyoshi conoció a un niño limpiabotas con el que empezó a hablar. El niño estaba muerto de hambre y Ariyoshi tomó un sandwich y se lo dió, sin dudar. El niño, sin embargo, no mostró intención de comerse el sándwich y, por el contrario, lo colocó cuidadosamente en su caja.
“¿Por qué no te lo comes?” le preguntó Ariyoshi. “¿No decías que estabas tan hambriento que podías morir?”
“Es que... quiero llevármelo a casa para Mari-ko”, dijo el niño.
“¿Quién es Mari-ko?”
“Mi hermanita. Tiene tres años”.
-Aquel niño no tenía más de siete años.


Esta historia de amor fraterno, de lealtad familiar es corriente en medio de la adversidad de la pobreza o la desgracia. Seguro que hay miles como ella en campos de refugiados, en zonas arrasadas por desastres naturales.... ilumina la intensidad del amor en todo lugar donde hay padecimiento y necesidad real.

¡Qué contraste con el mundo afortunado de hoy, en el que durante años hemos escuchado las historias de la “destrucción” y el “rompimiento” de las familias.


Helen Keller dijo una vez: “El carácter no se puede desarrollar en la calma y la quietud. Es sólo gracias a la experiencia de las pruebas y el sufrimiento que se fortalece el alma, que se aclara la visión, que se inspira la ambición, y que se alcanza el éxito”.


Podríamos decir lo mismo con respecto a los lazos familiares porque si compartimos los momentos difíciles, también podemos compartir la felicidad.


Ni siquiera, en el peor de los escenarios, con todo en contra... podemos perder la fé en que lo conseguiremos. En que pasajeros del tiempo, llegaremos a otra estación mejor, juntos, en familia.

miércoles, 17 de octubre de 2007

Mis razones

No sé si empezar ésto que quiero decir con esa frase populo-mordaz que dice que el que nace pobre y feo tiene muchas posibilidades de que ambas cualidades se le acrecienten con los años, o...... con el proverbio chino sobre la Rueda de la Fortura:

"El abuelo labró una fortuna, el hijo se la gastó, el nieto volvió a intentarlo".

La cosa es que nací siendo muy rica. Insultantemente rica. Luego, en algún indeterminado momento, el abuelo se arruinó (está claro que su filosofía resumida en tres consignas muy claras: Los amigos están para tenerlos, los huesos para rompérselos y el dinero para gastárselo no era el curriculum ideal para los negocios. No. Y que lo perfecto para su patrimonio es que se hubiera limitado a ser rentista. También)
Sé que "ruína" no es igual para todo el mundo. Los millonarios se arruinan de aquella manera, los ricos de otra y los que están al ras tienen la suya propia, pero los efectos -lo niegue quien lo niegue- son los mismos.
Así que esa ruína afectó a mi familia. Pero en ningún momento de mi infancia sentí infelicidad, preocupación o necesidad de algo. No tengo ni un sólo recuerdo penoso... aunque sé que, como Guido, el protagonista de "La vida es bella", mis padres debieron aplicar el ingenio, el coraje y todo su optimismo y esfuerzo para evitárnoslo.

Mucho más tarde, años después, ya con Misanto a las espaldas... fumos muy-muy pobres. Angustiosamente pobres. Se dieron varias circunstancias a la vez, que unidas crearon una situación que parecía insalvable.

Hace unos días, durante la cena familiar en casa, uno de los perturbs (gemelo preadolescente) protestó diciendo: "ya nunca haces aquel postre tan rico que nos hacías de pequeños". Como me encanta cocinar y lo hago siempre que puedo, variado, distinto y en continuo aprendizaje, me sorprendió un poco su protesta.

-¿Cuál postre?
-Aquel, el de las rodajas de limón que untábamos en azucar.

Infancia.
Y feliz.
Y se me llenó el corazón de una alegría salvaje, tan profunda que no podría explicárosla. Porque durante aquellos meses tan terribles de auténtica necesidad... había inventado lo que dí en llamar "recetas para pobres"... y angustiada por la dieta de mis niños pequeños y los pocos productos de los que disponía, hacía de cada receta un cuento y un juego.
Rodajas de limón con un poco de azucar... y un cuento para que se rieran mientras se lo comían.

Hay tiempos difíciles, tiempos afortunados; épocas duras, etapas de bonanza. Y no pasa nada si no se pierde el impulso. Si no dejas de esforzarte. Si no pierdes la confianza.
Y a eso me agarro ahora, en medio de los tsunamis hormonales que sacuden mi casa.

martes, 9 de octubre de 2007

Cuando NOOOO están

Hay un momento mágico, silencioso y mío.
De madrugada, con la casa recién vacía y revestida de los ecos recientes de los que se han ido, sola; justo antes de dirigirme a mi escudero y empezar a dejarme calzar la cota, el yelmo y los guanteletes imprescindibles para esa batalla diaria que es el campo bélico de la calle y el trabajo......
Este tiempo impreciso, sin teléfono, sin urgencias, sin requerimientos, sin voces, sóla y dueña de lo que me rodea..... tiempo para deslizar la vista por los objetos que componen mi mundo cotidiano y familiar: el ruído del reloj de pared, el lejano zumbar de la nevera, un coche que pasa, una puerta que se cierra en otro lugar, alguien que corre en el lado reverso de la ventana, los árboles que se agitan con el viento, los libros de la estantería –silentes y quietos-, cuadros desde donde algunos personajes me observan y esas butacas, sillas, sofás y sillones que siempre esperan y esperan los regresos........
Y recuerdo, cuando niña, las raras ocasiones que alguna fiebre temporera me permitía no ir al colegio, cómo sentía la casa distinta y extraña: casa sin presencia de hermanos, casa súbitamente nueva.
Y me doy cuenta de que las presencias de los que nos acompañan son el mobiliario invisible y esencial...... no se necesita más, no hay tapicería, adorno, antigüedad o elemento decorativo que llene y dé tanto carácter a una casa como esos que la habitan.

Y así, entre vistazos en fuga se va difuminando hasta su fin este rato atesorado.....

jueves, 4 de octubre de 2007

Se hace saber

Nadie debería creer que soy una dulce muchachita... o una "señora bien" con las uñas lacadas... o una ejecutiva sin más armas que un cerebro negociador... no.
No.
Soy, también, una asesina.
Alguien que, posiblemente, podría llegar a matar, con furia y sin medida, por instinto.
Sí.

Recuerdo, hace ya casi veinte años, cuando el primero de nosotros fue padre, cuáles fueron sus palabras: "Me siento un león, protegeré con mi vida esta vida"... y lo extrañas que me sonaron.

Y hoy yo siento mis garras de leona y todos los músculos tensos, el lomo erizado y la mirada vigilante... porque mi vida es la sabana llena de peligros y mi mayor tesoro esos que fueron, los de ahí arriba. El mundo nuestro y de ellos es un lugar, muchas veces, atroz. Tanto como para que, al más pequeño, un viejo sátiro y pederasta, aprovechando los muros de un colegio, hiciera intento de profanación.... tanto como que, al primero de la derecha, le ofrecieran cien euros a cambio de grabarle mientras le daban una paliza.

Esos llevan ya la marca de mis dientes.... porque, se hace saber, que puedo llegar a matar.